Hay proyectos que empiezan como un encargo y terminan convirtiéndose en un capítulo vital. Eso ha sido para mí Tejemaneje, el festival benéfico impulsado por Down Valladolid, Martín Luna y Diputación de Valladolid, y cuya producción he tenido la suerte de coordinar.
El festival nació con un propósito precioso: generar cultura, humor y emoción para todas las personas… mientras se pone en valor la labor de la Asociación. Sobre el papel ya sonaba bien. Sobre el escenario, en las calles y en los teatros… ha sido magia pura.
La programación era ambiciosa:
• Dos espectáculos de humor (21 y 22 de noviembre) que llenaron teatros de risas y buena energía.
• Un videomapping el 28 de noviembre que, pese al frío implacable, reunió a muchísima gente y dejó bocas abiertas.
• Una gala final el 29 de noviembre en el Teatro Zorrilla, donde cada pieza encajó con mimo, emoción y un público entregado.
Y a nivel personal… esta gala ha sido especial.
He tenido el honor de ser regidora en uno de los teatros más emblemáticos de Valladolid, el Teatro Zorrilla. Un sueño cumplido. Esa mezcla de concentración absoluta, adrenalina y sensibilidad que solo ocurre entre bambalinas me recordó por qué amo este oficio.
Trabajar mano a mano con Martín Luna ha sido un regalo: comunicación fluida, confianza y humor del bueno.
Lo mismo que con el equipo técnico de Producciones Accidentales, que hicieron auténtica magia. Y con el precioso diseño de imagen creado por Susana, que dio identidad a todo el festival.
Y, por supuesto, los artistas: Rocío Torío, Víctor Elías, Jesús Arenas, Jaime Vaquero y Rosco. Qué delicia cuando solo se suman ganas, profesionalidad y buena vibra.
Hoy, con el festival terminado, siento esa mezcla de resaca emocional y gratitud profunda. De esas que te dejan cansada, sí… pero más llena que nunca.
Ojalá Tejemaneje tenga muchas ediciones más.
El público ya ha hablado. Y yo también: este proyecto ha sido un regalo que no olvidaré.
Gracias a todos los que han hecho posible algo tan bonito.
Gracias por confiar en mí para bordar los hilos invisibles que hacen que las cosas ocurran.